7/9/09

Un maestro, en maestro

Gran dimensión de torero ofreció Luis Miguel Vázquez la tarde de Puertollano, porque los astados de Los Palancares pedían el carnet a sus matadores. Había que estar muy firmes con ellos y no dejarse ganar la partida en ningún momento, y así lo entendió Vázquez que volvió a mostrar su poderío en el albero.

A su primero lo intenta lancear a la verónica, pero el animal no acepta el percal del daimieleño y se sale suelto, vuelve a intentarlo y en esta ocasión si consigue dibujar en la arena verónicas de buen trazo.

En el tercio de varas es un desastre, va de un caballo a otro. En banderillas al principio tampoco se fija, se muestra avanto, aunque Félix Jesús Rodríguez consigue cuadrar en la cara y dejar dos buenos pares, que el respetable aplaude para que se desmontere.

Comienza flexionado, sometiendo al animal, para que sepa quien es el que manda en el albero. Así se lo saca a los medios para enjaretarle una faena de planta muy firme por ambos pitones. El duende y el embrujo volvió a resurgir en el coso de Puertollano. Mató de estocada desprendida produciendo la muerte del burel.

El sexto de la tarde, era el más complicado de todo el encierro, aun así Luis Miguel Vázquez supo afrontar la papeleta que le correspondió. No pudo lucirse en esta ocasión con el capote, ya que el de Los Palancares no respondía a sus lances.

En banderillas se desmonteran Rafael Gago y Alberto Berzosa.

En el último tercio, Vázquez fue llevando al burel, enseñándole el camino, aunque por el pitón izquierdo no respondía mucho. El derecho fue la clave. Estuvo con mucha torería delante de este ejemplar que exigía demasiado. Mató de pinchazo y estocada.

Al finalizar el festejo Luis Miguel Vázquez acudió al hospital de Puertollano para que le vieran el corte que le produjo una banderilla en la oreja. El parte decía: "Herida inciso contusa de bordes limpios en el lóbulo de oreja izquierdo, de un centímetro y medio"

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