18/9/11

Una oreja con sabor a poco

En la recién reinaugurada plaza de toros de Torralba de Calatrava hacía el paseíllo el diestro Luis Miguel Vázquez por segunda vez en la temporada. Todos sus más fieles seguidores se desplazaron hasta el bonito coso torralbeño para ver de nuevo a su torero. Aunque han sido pocas las veces que lo han visto este año, porque las empresas no han contado con este joven matador de toros, la calidad ha primado cada tarde.

Con el capote en la mano se dirigió enérgico hacía la puerta de chiqueros, el rumor se sentía en los tendidos, muchos aseguraban que lo recibiría de pie con una larga, pero no fue así, Vázquez lo hizo de la forma tradición. La portagayola no le salió como le hubiera gustado, puesto que el burel se le vino encima, ya en los medios cuando consiguió fijarlo dejó unas verónicas rematadas con una media. Tras el brindis al respetable comenzó la faena genuflexo, con su estilo personal, sometiendo al de Guadalmena que demostró en más de una ocasión su falta de bravura. La faena la tuvo que realizar por el pitón derecho, pues era el que más aceptaba el morlaco, ya que con el izquierdo enganchaba la muleta cuando protestaba. Con demasiada confianza por parte de Luis Miguel vino el susto de la tarde, pero de nuevo el capote de su Virgen de Las Cruces lo protegió, y lo que podía haber sido una cogida, se quedó en un simple susto. Con rabia se encaminó a la cara del astado para seguir con la faena. Con una estocada y descabello consiguió arrancarle la primera oreja de la tarde.

Al quinto lo hubiera desorejado de no ser porque el respetable se enfrió al levantarse el burel con la puntilla. Aún así hubo petición que el presidente desestimó.
Una labor con trazos de gran artista como fue el saludo a la verónica con gran empaque y algunas tandas en las que llevó largo y con mano baja la embestida de este ejemplar. Lástima que en algunas ocasiones lo desarmara. Estocada casi entera que no fue suficiente para que el presidente concediera el pasaporte para atravesar la puerta grande.

9/9/11

Así vio la tarde Luis Miguel Vázquez

Cuando se torea poco el mundo se ve de otra manera. A uno se le pasan mil cosas por la cabeza, pero sobre todo, la más importante es la de darlo todo en la mínima oportunidad. Así sucedió el sábado en Daimiel. Primer paseíllo de Luis Miguel Vázquez, y no era un compromiso fácil. Aunque todos piensen que jugando es su casa es más sencillo, al contrario. Este torero lleva años demostrando que los triunfos los consigue por méritos propios, no por paisanaje. Las orejas son las que más le cuesta arrancar en su plaza. El aficionado le exige mucho, pero él también se exige, es sabedor de lo que le cuesta el triunfo.

Por lo tanto, el diestro asegura que el día 3: "Fue una tarde muy importante para mí". E importante fue en todos los sentidos, ya que, como hemos dicho antes era la primera vez en toda la temporada que se ponía el traje de luces, que toreaba en público, y sobre todo que hacía el paseíllo junto con sus compañeros de cartel. Aunque el sol no radiaba en el firmamento, pero radiaba en el torero, en sus ganas de demostrar que aunque no torea no ha estado viendo pasar el tiempo, al contrario, ha estado entrenando duro, puesto que en cualquier momento podía sonar el teléfono para una sustitución, y ante eso no vale decir, espera que no estoy preparado, no, ante eso hay que estar preparado todos los días, y durante todo el año.

Una vez que salió el tercero de la tarde, la expectación iba creciendo a la par que la seguridad y la confianza del torero. Según declara "desde el momento que salió el primero hubo una simbiosis entre el toro, el público y yo que es difícil de describir. Es como cuando surge la magia, pues así podríamos describirlo. Hacía mucho que no pasaba esto en mi pueblo, y sentir eso me lleno de satisfacción, puesto que en ese momento es cuando te das cuenta que todo sacrificio a merecido la pena. Es cierto que son más los sinsabores que pasa un torero, pero se ven compensados". Y tanto que se vieron compensados, dos orejas paseó orgulloso por el albero. Y que hicieron que sus compañeros se apretaran los machos.

Sin embargo las tornas cambiaron en el segundo, puesto que el animal no salió predispuesto para que el de Daimiel triunfara. Así lo vio Vázquez "el segundo no dejo expresarme como me hubiese gustado".

A pesar de ello aunque en su segundo recogió una calurosa ovación del respetable la impresión de la tarde por parte del torero es "fueron buenas, teniendo en cuenta que era la primera corrida y el peso de la responsabilidad que supone torear en tu pueblo".

Vamos que tardes como esas las firmaría en muchas plazas, ojalá y así sea.

4/9/11

Cuando el arte resurge en el albero

Patio de cuadrillas. Expectación en los alrededores. Aficionados esperando en la puerta la llegada de los toreros. Se acerca una furgoneta blanca, y enseguida los aficionados ven que se trata de la de Luis Miguel Vázquez. El torero se baja tras la cuadrilla, saluda y firma autógrafos. Un pensamiento cruza por su mente, esa iba a ser su tarde, el triunfo le llegaría en unas horas, no saldría por esa puerta, sino por la de enfrente.

Mientras espera a la hora de liarse el capote de paseo son muchas amistades las que se acercan a saludarlo. Con una sonrisa los saluda. Un rictus relajado se refleja en su semblante. Seguramente que la procesión iba por dentro. Eran muchas emociones y sentimientos enfrentados a la responsabilidad de ser su primera corrida y por ende, en su tierra.

Se aproxima la hora de que suenen los timbales. La cuadrilla rodea al torero para comenzar el ritual. Primero se cala la montera, tiene que encajar y a la vez no molestar, eso es imprescindible. Se echa el capote al hombro izquierdo y comienzan a liarle el capote, los pliegues para que quede bien ajustado al cuerpo, que no haga ni una arruga. Su rostro ahora refleja concentración.

Suenan clarines y timbales y la puerta se abre para que hagan el despeje los alguacilillos. A continuación lo hacen los toreros acompañados de sus cuadrillas. Luis Miguel Vázquez va situado en el centro del paseíllo al ser el tercero en el cartel. Cruzan el albero y saludan a la presidencia, para a continuación cambiar el capote de paseo por el de brega. Las primeras verónicas al viento surgen de sus manos. Tras la primera toma de contacto se sitúa en detrás de la barrera, en el callejón al lado del burladero de matadores. Atento observa a sus compañeros.

Sale el tercero de la tarde, y tras dar la primera vuelta de reconocimiento, Vázquez sale a saludarlo en tercio. Despertó a la plaza con sus verónicas de buen gusto, abriendo el compás y dejando impresa en el albero el comienzo de una obra de gran belleza. El ramillete de verónicas con el mentón hundido en el pecho arrancó los olés más sinceros y profundos de la tarde, tras la media de cartel de toro. El astado fue picado en la puerta de cuadrillas. El quite llegó con ajustadas chicuelinas, de una calidad y un temple extraordinarias. Con serenidad y la muleta en su mano comienza la faena, muletazos por alto. Muy quieto, sin moverse un ápice. Con la derecha una tanda muy buena, llena de empaque y cadencia. En la siguiente tanda llegó el susto de la tarde, tras la salida de un pase de pecho, donde se quedó enrollado en el burel, este aprovechó y prendió al torero de la taleguilla, destrozándole todo el adorno del muslo derecho. Afortunadamente no caló en su piel. Por el izquierdo, muy templado y con mano baja dejó un gran sabor. Adornos con la firma del torero para terminar con una estocada que le serviría para cortar los dos apéndices que le aseguraban el triunfo.

La culpa de que la tarde no fuera todo lo redonda y brillante que cabía fue del que salió en sexto lugar, un toro complicado. El toreo de capa no fue el mismo que en el toro anterior, no tuvo ese sabor puesto que no se empleó el de Guadalmena. Durante la lidia estuvo pendiente Vázquez de todo, no quería que se diera un muletazo de más, había que cuidar al toro. Comenzó flexionado, muy seguro de sí mismo y poniendo toda la carne en el asador. Por el pitón izquierdo no tenía pases, lo intentó el torero, y los tuvo que dar de uno en uno. Con la espada en esta ocasión no acertó, dos pinchazos y dos descabellos. El respetable vio la labor que había hecho ante ese ejemplar y lo premió con una gran ovación que recogió en el tercio.

3/9/11

Suerte maestro

Una noche larga, en la que los sueños desplazan a un rincón a las pesadillas para que no surjan en el crepúsculo. Donde el anhelo del torero es abrir, un año más, la puerta grande de su plaza de toros.

Es ella la que la vio crecer como torero, la que se alegra cada tarde que lo ve entrenar en su centro, la que lo ve mirar a lo lejos añorando un destino mejor, los triunfos que le hará colocarse en lo más alto del escalafón, quien lo ve entregado, sacrificado y enamorado de su profesión.

Es ella la que hoy estará apoyándolo, la que le brindará su más humilde casa. Esa casa que considera suya el torero, puesto que siempre ha estado ahí para dar la cara, donde un día su sangre regó el albero, y donde los triunfos se han ido sucediendo.
Ella, lucirá hoy hermosa, porque aunque el día esté gris, en el fondo es sabedora de que la luz surgirá en su albero en el capote y muleta de Luis Miguel Vázquez.

El día ya está avanzado, las cuadrillas ya empiezan a llegar a la plaza de toros para hacer los lotes. Los toros de Guadalmena esperan en los corrales antes de su destino, de ser enchiquerados. La suerte está echada y todo preparado para que a las seis de la tarde suenen clarines y timbales.

Mientras que en la plaza el bullicio rompe el silencio, en la habitación del hotel el torero se encierra con su soledad. Una soledad que comparte con él esa espera, esos nervios y ese deseo de que todo salga bien. De no defraudar a nadie, y sobre todo, de que la gente vea que torero hay para rato.

Soledad eterna que hace crepitar el interior del torero. Donde bullen en su mente mil pensamientos que no comparte con nadie, que son para él. Ese silencio se ve interrumpido por la llegada del mozo de espadas, en esta ocasión su hermano Quique, que como buen profesional va a preparar la silla, donde dejará preparado el vestido de luces para cuando llegue la hora de enfundárselo al torero. Tras su labor, amobos hermanos bajan al restaurante para juntarse con la cuadrilla a comer.

En esos momentos, aunque Vázquez está rodeado de los suyos, la soledad lo acompaña. Es poco hablador, la responsabilidad de lo que vendrá después pesa sobre él, y prefiere estar concentrado en sus pensamientos. Si le preguntan contesta, pero no inicia ninguna conversación. Como lo conocen y respetan su cuadrilla prefiere no molestar mucho al torero. Después ya vendrán las risas y los comentarios, pero antes hay una compromiso que cumplir.

De vuelta a su habitación con su compañera inseparable la soledad, unas horas faltan para empezar con el ritual de vestirse. Intenta conciliar el sueño, pero hay algo que no lo deja. Las ideas de lo que hará esa tarde si le sale el toro que él sueña. Los pases que dará, por donde le realizará la faena, y como la rubricará. Y una segunda faena de ensueño viene a su mente, una sonrisa se curva en sus labios, satisfecho de lo que podrá hacer y que el respetable sabrá saborear y valorar.

Es la hora, el mozo de espadas llega para anunciarle que el ritual va a comenzar. Leves palabras, un silencio roto por el ruido de la televisión que está de fondo. El torero con cara seria, una seriedad que enmarca su responsabilidad. Y una tranquilidad que fluye en el ambiente puesto que es sabedor de la seguridad que tiene y de lo preparado que está.

La suerte está echada y para el maestro la mayor de todas ellas.

1/9/11

Presentación del cartel de la corrida de Torralba de Calatrava



El pasado martes se dio a conocer el cartel taurino de la corrida de toros que se celebrará en el reformado coso de Torralba de Calatrava.
La empresa Lances de Futuro junto con el Ayuntamiento de la localidad y la peña Tomás Santa Cruz presentaron un cartel de gran interés.
Será el próximo 17 de septiembre, a las seis de la tarde, cuando se reinaugure esta bella y coqueta plaza manchega. Para esta ocasión los toros que se lidiarán pertenecen a la ganadería de Guadalmena, y harán el paseíllo Salvador Vega, Luis Miguel Vázquez y Diego Silveti, junto con el joven novillero Carlos Aranda.
En el acto de presentación estuvo la alcaldesa de Torralba, Mª Teresa González, el empresario José Mª Garzón y los diestros Luis Miguel Vázquez y Diego Silveti.



Por su parte, Luis Miguel Vázquez se mostró muy contento por estar anunciado en ese cartel, puesto que a este coso lo considera como su segunda casa. En ella ha sentido siempre el afecto y cariño de su gente, y no por ello deja de entregarse siempre que hace el paseíllo en este albero.