21/4/13

Próximo compromiso: Corral de Calatrava

Será el próximo 18 de mayo cuando Luis Miguel Vázquez afronte el segundo paseíllo de la temporada. Un festival en Corral de Calatrava. No por ser festival es menos importante que un festejo mayor, como puede ser una corrida de toros. Lo importante es torear y estar delante de la cara del toro. Los toreros intentan estar al mismo nivel en un sitio que otro puesto que lo que realmente importa es el aficionado. Ellos son los que se merecen ese respeto y por lo que los toreros son fundamentales.

En esta ocasión Luis Miguel Vázquez comparte cartel con el rejoneador Miguel Ángel Martín, con el diestro Aníbal Ruiz y con el novillero Carlos Aranda. Se lidiarán novillos de La Rinconada. Un festejo para toreros y ganadería de pura cepa manchegas.

15/4/13

Excelente conjunción entre torero y vaca

Un pequeño adelanto de la erala que ha toreado Luis Miguel Vázquez en la finca de Javier Gallego.


3/4/13

Sensaciones de la tarde

Cada tarde es diferente para un torero, pero mucho más diferente cuando se obtiene un triunfo rotundo. Luis Miguel Vázquez es uno de los diestros que no hace diferencias entre una plaza u otra, entre una afición más selecta u otra, puesto que al final todos los caminos llevan al mismo sitio. Por un lado el del torero que disfruta toreando y por el otro, el del respetable gozando con ese toreo.

Tras el triunfo obtenido en el festival de Carrión de Calatrava el diestro Luis Miguel Vázquez expresó sus sentimientos. Así el aficionado, y sobre todo sus más fieles seguidores saben lo que experimentó esa tarde.
Cuatro orejas y un rabo que han llegado en el momento ideal, ya que este matador de toros está atravesando un gran momento. Ya lo demostró el año pasado y lo reivindica en la presente temporada.

Vázquez comentó que "estoy muy contento y feliz de como se desarrolló la tarde a pesar de las condiciones meteorológicas. El viento y el albero dificultaban mucho la labor, pero aún así supe adaptarme a las necesidades que exigían esas contrariedades". Continuó sus declaraciones haciendo una valoración de sus toros "estuve muy a gusto toreando con los dos ejemplares de Marisol Domínguez, sobre todo con mi segundo. Fue un gran toro, de esos que crean afición. Espero que si había algún escéptico en la plaza se enamorara del toreo y se haga taurino. Puesto que ya se sabe que muchas veces va gente arrastrada por amigos que no son aficionados, pero con faenas como la que hice seguro que alguien se ha aficionado"

Aparte de que salgan aficionados, que en estos momentos son muy necesarios, lo importante es que salgan contratos. Según nos aseguró el diestro daimieleño; "hay conversaciones, pero aún no hay nada cerrado". Pronto se sabrá si su actuación le ha dado el pasaporte para vestirse de luces o de corto lo antes posible.

Por todos es sabido la crisis por la que está atravesando el país, y en los toros no es menos. Tal vez aquí es dónde más se note, y sobre todo los toreros que no tienen tanta fama y renombre como es el caso de Luis Miguel Vázquez, que aunque tiene buenos mimbres los empresarios no se han fijado en él como deberían. A pesar de ello este torero sigue con gran ilusión en su profesión. Como aseguraba "mi ilusión no me la va a quitar nadie y menos esta crisis. Soy consciente de que está muy difícil torear, pero creo que ahora estoy en un gran momento puesto que la madurez que me otorga la edad y la experiencia adquirida durante mis años de profesión hacen que pueda seguir creyendo en mí y sobre todo en el toreo que siempre me han visto realizar".

Por otra parte, expresó "estoy convencido que puedo aportar algo al toreo y disfrutar mucho de mi profesión. Es cierto que no puedo actuar todas las tardes que yo querría. Cada actuación es un reto personal para mí, ya sea entrenando de salón como en los pocos tentaderos que salen, y sobre todo el reto mayor es cuando me tengo que enfrentar a los toros con un público que me está observando, ya sea para bien como para mal. Puesto que gustar a todo el mundo es difícil, pero a veces llegamos a conseguirlo, puesto que el toreo sólo tiene un camino, y el buen toreo gusta a todo el mundo, independientemente de quién lo practique. Que si soy yo, mejor".


2/4/13

Un capote, una muleta y una espada formaron el argumento de Luis Miguel Vázquez

No parecía que hubiera pasado el duro invierno, en el que los tentaderos escasean como todo en ésta época de crisis. Más bien parecía que Luis Miguel Vázquez venía de torear de las ferias más importantes y estar todos los días anunciado en los carteles, puesto que su toreó no notó la carencia de los meses transcurridos sin ver un pitón. Meses duros al igual que la temporada anterior en el que tan sólo se le anunció en una corrida y un festival benéfico. Dos tardes en las que volvió a dar un toque de atención a aquellos que no creían en este torero.

Como el Ave Fénix ha resurgido de sus propias cenizas y está volviendo a las tardes en el que cautivo a un gran número de aficionados. Para Luis Miguel Vázquez no ha distinción de plazas ni de aficionados, todos son igual, puesto que en todos desarrolla el único toreo que es capaz de hacer y con el que embruja a propios y extraños.

El primero de su prometedora temporada salió de toriles para toparse con un torero con ganas de torear, de hacer el toreo bonito, de arte y de sentimiento. Ese toreo de pellizco que te arrebata por dentro y te deja grabado en la retina un recuerdo maravilloso. El toreo que te hace paladear las mieles de la gloria. Esas mieles que si hubieran sido en otra plaza de más renombre le hubieran dado más de un contrato, pero habrá que esperar a que el boca a boca funcione para poder verlo en más plazas de toros que en la temporada pasado. Su toreo no puede caer en el olvido puesto que estamos poco acostumbrados a la clase y elegancia en el ruedo.

A la verónica saludó a su primero, un ejemplar de Marisol Domínguez que empezó a embestir con la cara arriba, pero tras ser picado bajó para acoplarse a la muleta de Vázquez. El diestro supo darle sus tiempos y hacer una faena que dejó impresa su sello personal. Un toreo muy particular que no todos son dotados con esos dones. La estocada cayó un poco baja pero en su conjunto la faena había alcanzado cotas altas para poder pedir el respetable a la presidencia los dos apéndices. La faena se la brindó a la hermana del homenajeado, de Julián Monje "El Bujía".

El gran deleite llegó con "Chismoso" herrado con el número cinco de la ganadería de Marisol Domínguez. Un ejemplar que desde su salido se pudo apreciar la nobleza que transmitía. En el tercio y con los pies juntos estaba esperando Luis Miguel Vázquez para lancear su suave embestida. Unas verónicas que arrancaron el olé más profundo por parte de varios seguidores. Ese olé que rompía el silencio de una tarde que parecía que no iba a permitir el toreo, pero que al final aguantó hasta el final del festejo para verter sobre el albero toda su agua contenida, o tal vez eran las lágrimas de alegría por haber presenciado un festejo en el que el toreo triunfó por encima de todo. Vázquez remató el saludo capotero con una media verónica de cartel de toros. Ya en la muleta el éxtasis surgió y la magia brotó de la bravura del toro y del toreo de Vázquez. Surgió una simbiosis entre ambos que daba igual el tiempo, parecía que se ralentizaba y que no había minutos marcados para poner fin a esa obra que estaba surgiendo en el albero. De hecho el diestro viendo las cualidades del ejemplar pidió permiso tanto a presidente como a ganadero para seguir toreando y demostrar la bravura que tenía en su interior "Chismoso", pero era obvio que en una plaza portátil el indulto no estaba contemplado, aunque un sector del respetable lo pidiera, pero ahí el presidente obró a conciencia y aplicó correctamente el reglamento.

Luis Miguel Vázquez se sintió en su toreo y se lo transmitió al público. Esa armonía en su toreo, ese cimbrear la cintura para dejarla quebrada, esa mano baja, esa elegancia y ese embrujo, esa barbilla clavada en el pecho fueron más que suficientes para otorgarle los máximos trofeos, puesto que el pinchazo primero se perdonó, ya que la estocada que dejó en lo alto del morrillo lo valían.

Dos orejas y rabo y la vuelta al ruedo fueron los premios que se le otorgaron tanto a torero como a toro puesto que habían dado preámbulo a un argumento cargado de buen toreo de capa, muleta y rubricado con una gran estocada.