15/9/08

Cuanto los sentimientos se expresan en el ruedo

Que decir tiene que cuando un torero siente lo que hace eso lo transmite al tendido. Eso sucedió ayer en Miguelturra. Y fue en el quinto de la tarde, un toro de nombre "Azafrán" de la ganadería de Javier Molina, con este ejemplar Luis Miguel se rompió. La magia brotó de sus muñecas para acariciar a este toro chorreado. Ese duende y ese embrujo supo seducir a los que estaban contemplando tan bella obra de arte.

En el saludo de recibo le echó los vuelos del capote abriendo el compás y rematando con una media de verdadera obra de orfebrería. Con la muleta llegó el momento de máximo esplendor. Comenzó con esa pinturería característica de éste torero, en que hace bellos los muletazos por bajo al doblarse con el burel. Mano muy baja tanto por el pitón derecho como por el izquierdo. Donde el temple y la cadencia fueron el denominador común de la faena mezclados con el mestizaje del clasicismo y la pinturería. Se auguraba triunfo grande y así fue. Los máximos trofeos para el daimieleño apesar de que la estocada no fue muy ortodoxa al caer desprendida, pero lo que allí se vivió no eclipsó el momento final. Incluso el astado tuvo su triunfo, se le otorgó la vuelta al ruedo.

Mayor hubiera sido el triunfo de Vázquez si su primer ejemplar hubiera salido con otros hechuras y a la vez hubiera embestido. Pero ante el segundo de la tarde poco pudo hacer el diestro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya te decía yo, Manolo, que no te olvidaras del pañuelo, amén de para pedir los máximos trofeos para limpiarnos la baba...

¡BABA DE EMBELESADOS ANTE UN TOREO DE AUTÉNTICO EMBELESO...!