17/7/25

"La tauromaquia es pura magia"


 

Magia: palabra que encierra muchos matices, que dependiendo de quién la emplee y dónde, puede albergar un sentimiento profundo que pellizca el alma. Puesto que no hay don tan preciado que aquel que sabe hacer magia con las herramientas que posee, en este caso, con un percal y una franela, conjugadas con la expresión corporal que el sentimiento imprime a esa cintura quebrada y esas muñecas que mecen las telas para acompasar la embestida del animal, con ese toque mágico que ofrece la tauromaquia cuando se templa el ritmo con cadencia.

En la tarde de ayer se presentó el cartel de la Feria taurina de Daimiel, en honor a la Virgen de Las Cruces, en el patio del Museo Comarcal de la localidad. Al acto acudieron los representantes del consitorio, miembros de la peña taurina y múltiples aficionados. Sin olvidarnos de los verdaderos protagonistas del cartel como el ganadero Adolfo Martín, los diestros Luis Miguel Vázquez y Samuel Navalón junto al representante de la empresa, Nacho de la Viuda. 

Los protagonistas han estado departiendo sobre sus sensaciones, experiencia y la ilusión que les hace torear una corrida como la del próximo 30 de agosto en la que la seriedad de los astado y los aficionados de esta tradición tan ancestral van a ser testigos indiscutibles del sentimiento que aflore de sus muñecas. Se destacó que son tres toreros, con tres conceptos diferentes y tres generaciones diferentes.


Resaltar las palabras de Adolfo Martín en la que  para él son tres toreros serios que le gustan. Va a traer una corrida de plaza de primera de verdad, en la que destaca la seriedad del toro, su cuajó que conlleva una exigencias "brutal".
No se sabe si será para bien o para mal pero Adolfo no necesita en su ganadería veedores para elegir los toros que manda a una plaza puesto que en su cabeza tiene los idóneos para cada una. Se asegura de mandar astados de calidad, en esta ocasión hay tres con muchas probabilidades de embestir y de hacer a los aficionados disfrutar de dichas faenas. Aunque los primeros que lo harán serán los tres toreros que se enfrenten a ello. 

Cómo la tauromaquia no es una ciencia exacta, cabe destacar la magia de los sorteos en el cual el toro que no ha gustado cuando se ha enlotado, les suele tocar a dicha cuadrilla que lo descartaba, y con la sorpresa que da buen juego. En eso radica la inexactitud y la belleza del toreo.



El 30 de agosto la afición manchega tiene una cita importante por dos motivos; por ver una tarde de toros cargada de magia y por la reaparición de su torero: Luis Miguel Vázquez. Que vuelve con "la ilusión de un chiquillo" y aires renovados. Cómo bien dijo Luis Miguel es el toro el que te retira, máxime si conlleva detrás una enfermedad, de la que afortunadamente está curado y con aires renovados en su sentir torero. Ya que le quedaba algo por hacer y que mejor manera que en el aniversario de sus 20 años de alternativa como matador de toros. Cómo expresara Vázquez, "lo primero es reconciliarme conmigo mismo". Se mostró muy agradecido con la afición por el cariño mostrado, que no es de ahora, ese cariño lo tiene desde el momento que se vistió de luces y mostró su sello personal y estilo propio a la hora de torear.

Lo que hace falta es que le embista un toro, si es el número 10, como apuntó Adolfo Martín, aunque sea muy feo y  en los corrales nadie lo quiera, a veces sorprenden y son los que otorgan el triunfo a los toreros, que sea el que le haga triunfar para que esa reconciliación sea el culmen de su reaparición.

Suerte maestro y en esta cita tan importante reencuentrate contigo y con la afición, devolviéndole ese pellizquito de tu sello personal.




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