15/6/25

Sentir el toreo


 El sentimiento de un torero es la parte más mágica que tiene la tauromaquia, porque a través de su sentir percibimos lo que nos quiere transmitir.

Ayer en Alamillo se vivió una jornada taurina diferente a lo que el espectador está acostumbrado. Muy pocos son los afortunados que pueden asistir a un tentadero. En donde solo se escucha en respirar del hombre y el animal, el trote de la vaca y el paso firme del torero. Ese danzar acompasado cuando la embestida se produce. La voz rota del torero a la hora de citar a su enemigo. Y en ese danzar los aficionados de Alamillo pudieron disfrutar de una jornada de tentadero público en la que todo salió a pedir de boca. 
 
Luis Miguel Vázquez volvió a esa tierra que tanto cariño le ha mostrado y a la que tanto quiere. Tentó dos vacas donde volvió a resurgir su toreo al natural. Estando muy a gusto delante de la cara de las vacas que le tocaron en suerte. Dejando derramada su esencia, sobre todo con la mano izquierda. Demostrando que ha vuelto el torero de siempre. Porque quién tiene esa raza nunca se extingue. El arte es perenne y quien lo pose le brota desde dentro de sus entrañas para impregnarlo en cada muletazo que acaricia la embestida del animal. 

Mucho por decir. En sus próximos compromisos seguirá derrochando arte y regalando pedacitos de magia para grabar en la retina.

Videos: gentileza de Vichu.




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