El sol acompaña a Luis Miguel Vázquez en su nuevo compromiso. En esta ocasión en Villamanrique en la finca de don Eugenio Frías. Hasta Sabiote se desplaza el torero para tentar tres becerras, entre eralas y utreras.
Luis Miguel llega a la finca y saluda al mayoral y vaquero. Es el torero de la casa y como tal lo tratan. Mientras espera a que lleguen el resto de toreros con los que compartirá la tienta da un paseo a caballo. Una yegua blanca lo espera atada en el árbol. El diestro no se lo piensa cuando le ofrecen subir a su grupa, le apasionan los caballos. De esta forma va liberando los nervios previos a ponerse delante de un animal.
Tras el paseo a caballo sube a la finca para terminar de saludar al ganadero, su esposa y su hijo, una familia entrañable que disfrutan con el torero de este joven matador de toros.
En esta ganadería es digno de ver como pasan las becerras por el patio de la casa cuando las bajan del campo a los corrales de la placita de tientas, y allí estuvieron presentes las cámaras de Castilla-La Mancha para ser testigo del momento.
Una vez enchiqueradas se procede al tentadero, por orden de antigüedad Luis Miguel Vázquez tienta en segundo lugar, tres becerras para cada torero.
Luis Miguel Vázquez con la mente puesta en su compromiso más importante de esta temporada no dejó pasar la oportunidad. Su primera erala no se lo puso nada fácil pero ahí estaba el de Daimiel para ofrecerle su muleta y que no se rindiera tan pronto.
Con la utrera que le tocó en segundo lugar tuvo que pensar bastante, ejercitar la mente para saber en cada momento que pase realizarle. Una mente ágil la de Vázquez, que si deja esa faena en una plaza importante el respetable seguro que sabría reconocer sus maneras y esfuerzo.
La tercera tampoco fue una vaca para el disfrute del torero pero sí de las que les sirven para torear y estar puestos. Firmes ante un animal que nunca sabes como va a reaccionar pero ahí esta la sabiduría del torero para evitar que lo sorprendan.
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