29/7/08

Y pasó en Almadén

No podía ser en otro sitio, ni en otro entorno tan mágico como es el de la plaza de toros de Almadén. Allí Luis Miguel Vázquez firmó una faena de alta calidad. Fue al sexto de la tarde, donde su toreo de manos bajas, profundidad y hondura hizo disfrutar a los espectadores. Durante esa faena no se escuchaban los comentarios a destiempo y salidos de tono, aunque no falta alguno que siempre quiera dar la nota. Pero hubo más silencio que en las anteriores actuaciones. No silencio crítico, sino silencio de admiración, de estar contemplando algo de verdadero interés.

Al tercero de la tarde lo recibió con unas verónicas de manos bajas, con buen son y temple. La faena la tuvo que comenzar por el pitón derecho, y hacerla casi todas por ese mismo sitio, El toro era complicado por el izquierdo, llegó a prenderlo y aún así Vázquez no quiso dejar pasar su toreo al natural.Finalizó con dos pinchazos, estocada y la presidencia le mandó un recado. Aún así el respetable le obligó a saludar en el tercio

En el sexto de la tarde se vivió lo mejor hasta el momento visto. Aunque los lances de recibo no tuvieron la misma calidad que los anteriores, pero sí dejaron un sabor especial. En banderillas Félix Jesús Rodríguez puso dos pares soberbios, y todo fue gracias a Alberto Brezosa que tan sólo consiguió clavar un para y el presidente no pudo cambiar el tercio, por lo tanto los seguidores de este banderillero pudieron disfrutar de ese magnífico par. Con lo cual tuvo que desmonterarse. Si su hombre de confianza había triunfado en esa plaza, el matador no podía ser menos. Para ello Vázquez se dobló sometiendo al astado hasta que se lo sacó a los medios, donde le realizó una buena faena, de mano baja, temple, profundidad y sobre todo ligazón en los pases. La estocada no fue muy ortodoxa al caer un poco atravesada pero el conjunto de su actuación le sirvio para cortar dos orejas.

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