1/10/09

A la espera del dictamen médico

Impaciente como cualquier torero que se ve encerrado en una habitación con cuatro paredes se encuentra Luis Miguel Vázquez. El diestro está deseando que el cirujano le diga que ya se puede ir a casa, y seguir en su domicilio la recuperación. Será mañana cuando el doctor que lo operó pase a ver la herida y haga una nueva valoración.
Vázquez cuenta las horas para que llegue ese encuentro y le den noticias favorables. Ya que él se encuentra mucho más animado y ve que la herida va para adelante, que no está infectada ni nada.

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